Leptocarpa rivularis es un arbusto endémico perenne que crece en el sur de Chile, más específicamente en la región de Los Ríos y Los Lagos. Desde épocas remotas los Mapuches lo han usado como medicina tradicional para tratar enfermedades estomacales, indigestión, gases, entre otros. Es el Cüdu-mamëll (en Mapudungun kudü negro; mamëll madera, palo) popularmente se conoce como «Palo Negro».
«Las propiedades de los extractos de esta planta se han trasmitido más bien por la experiencia popular más que por un estudio clínico. Mucha información al respecto se puede encontrar en internet donde algunos proveedores la ofrecen como anticancerígena. La aplicación científica al cáncer fue propuesta por el profesor Rolando Martínez», relata el Dr. Andrés Olea, investigador del Grupo de Química y Bioquímica Aplicada en Biotecnología del Instituto de Ciencias Químicas Aplicadas de la Universidad Autónoma de Chile y uno de los autores de un estudio -publicado en la revista Plants– que busca reproducirla in vitro para obtener su composición química.
Un compuesto llamado leptocarpina, metabolito generado por la planta, presenta actividad anticancerígena. Este químico antineoplásico provoca un stress (presión) en la célula enferma que inmediatamente activa los genes encargados de su reparación y de regular el ciclo celular del DNA, sin afectar a las células sanas, efecto estudiado por el profesor Rolando Martínez quien formó parte del equipo del Dr. Andrés Olea pero que actualmente está retirado.
«La citotoxicidad contra diversas líneas cancerígenas ha sido estudiada tanto para los extractos como la leptocarpina misma. Es químicamente muy similar al partenolide, una molécula extraída de un arbusto endémico de China, y que en forma natural o modificada químicamente ya se encuentra en estudios clínicos para su potencial aplicación frente algunos cánceres», comenta el investigador.
Y agrega que «nosotros hemos publicado un par de trabajos estudiando el mecanismo de acción de la leptocarpina y el efecto sobre esta actividad que se produce al incorporar esta molécula o el extracto de palo negro en nanoagregados poliméricos».
Con todos estos antecedentes el equipo de la Universidad Autónoma de Chile está trabajando para reproducir esta planta in vitro, «método que se usa comúnmente para reproducir en forma constante y masiva plantas de las que se obtienen fármacos u otras moléculas de gran aplicación y que no pueden ser sintetizadas en el laboratorio» declara el Dr. Andrés Olea.
El 83% de las plantas se aclimató con éxito en condiciones de invernadero, generando callos de color verde, friable y no organogénico. Se evaluó la composición química de extractos y callos obtenidos de plantas clonales y los resultados indican que los perfiles fitoquímicos son similares a los encontrados para plantas recolectadas de hábitats naturales.
El uso de esta plataforma para la reproducción de plantas que contienen moléculas bioactivas, con potencial aplicación en medicina o agricultura, es un área de investigación que según el especialista puede ser de mucha relevancia que la Universidad.
«La proyección de estos resultados podría ser bastante grande si se combinan con los estudios previos de encapsulación de extractos y leptocarpina con el fin de generar un emprendimiento donde se use extracto de palo negro para el tratamiento de algunos tipos de cáncer» finaliza.