Encuesta realizada a 2.250 estudiantes de enfermería de 9 países -o regiones- de 10 universidades distintas concluye que, aunque las actitudes hacia el envejecimiento y la percepción del cuidado de las personas mayores son factores importantes relacionados con la voluntad de cuidarlos, existe también un componente social y cultural que influyente entre los jóvenes.
Las características sociodemográficas están cambiando y la población globalmente está envejeciendo, fenómenos que generan nuevos desafíos en términos del aumento de un grupo particularmente sensible frente al tema del cuidado: los adultos mayores.
Los autores del estudio -publicado en la revista Nurse Education Today– sostienen que sobre actitud hacia el envejecimiento, estamos frente a un desafío mundial para los docentes de enfermería, lo que hace necesario investigar -con datos basados en evidencia- sobre la voluntad de trabajar con personas mayores y los factores asociados en varias regiones.
“Se ha visto en estudios de países con mayores ingresos, que los estudiantes de enfermería no son propensos a este grupo etario (en Chile no hay reportes al respecto) y que los principales factores están dados por los estereotipos, prejuicios y discriminación”; analiza Felipe Machuca-Contreras, investigador de la Universidad Autónoma de Chile.
Y agrega que “principalmente creemos que tiene que ver con las estructuras curriculares de cada país (exposición, desarrollo de competencias y campos clínicos), pero también con estructuras sociales que contribuyen a las actitudes y percepción hacia las personas mayores, como los tipos de familias, el vivir con personas adultas, los contextos personales particulares, entre otros”.
El investigador participó de un estudio internacional que encuestó a estudiantes de enfermería. Los datos se recopilaron a través de una encuesta aplicada a 2.250 personas de China, Chile, Egipto, Hong Kong, India, Grecia, Palestina, Filipinas y Arabia Saudita. La muestra nacional estuvo compuesta por 267 jóvenes de pregrado de segundo a cuarto año, todos voluntarios, quienes respondieron a una invitación abierta.
La encuesta contó con cuatro partes: datos sociodemográficos, actitud hacia el envejecimiento, percepción del cuidado de las personas mayores y disposición para trabajar con ese grupo. A través de una pregunta de ranking simple se midió la voluntad dándoles a escoger entre siete distintos grupos etarios, además de tener que ordenarlos según preferencia para trabajar cuando se graduaran.
“Se tomaron como factores asociados a esta voluntad (aparte de los sociodemográficos) dos instrumentos que miden Actitudes y Percepción hacia las personas mayores, respectivamente”, complementa el investigador.
Según los resultados, los encuestados en cinco regiones (incluida China continental, Grecia, Hong Kong, Palestina y Arabia Saudita) tuvieron una actitud negativa con respecto a las personas mayores: fue el grupo que obtuvo menos preferencias para trabajar en futuras elecciones profesionales.
En comparación con China continental, los encuestados de Chile, India y Filipinas tenían más probabilidades de estar dispuestos a atender a pacientes de la tercera edad, un poco menos los estudiantes de Egipto y Grecia.
“Como todo diagnostico nos invita a reflexionar sobre qué puede mejorarse, porque si bien tener una alta voluntad de cuidar personas mayores (como es el caso de Chile e India en ese estudio) es beneficioso para conformar una fuerza laboral de enfermería. También repercute el contexto sociodemográfico. Deben existir herramientas curriculares acordes para brindar estos cuidados específicos, como la simulación clínica con enfoque en las interseccionalidades, por ejemplo” analiza Felipe Machuca-Contreras.
Para el especialista se deben generar políticas públicas de formación avanzada en enfermería gerontológica y geriatría, con el reconocimiento de la especialidad de enfermería como una necesidad social.
“Todo esto va de la mano con mayor inversión en salud para este grupo etario. Por lo que los desafíos son en múltiples aristas: para la formación de pregrado y postgrado, además de mejorar en cómo se brindan los cuidados a las personas mayores y la injerencia en las políticas públicas, principalmente”, finaliza.