Si bien hasta hace algunos años el cáncer gástrico era conocido como el más importante en nuestro país, según estimaciones del Observatorio Global del Cáncer (Globocan), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2020 el cáncer de colon pasó a ser el cáncer digestivo predominante en Chile, con más de 6.000 diagnósticos anuales.
Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de células malignas en la capa más interna del colon o el recto, proceso que se inicia con la aparición de un pólipo que se transforma en un tumor, pudiendo crecer de manera local, por diseminación linfática a los ganglios o por diseminación hematógena (a través de la sangre).
El Dr. Álex Díaz, gastroenterólogo de Clínica Ciudad del Mar, afirma que su incidencia ha aumentado en los últimos años “sobre todo en la población joven, desde los 45 años en adelante”, siendo sus causas principales aún desconocidas.
“Aproximadamente el 75% de los casos se denominan esporádicos; no tienen ningún factor conocido más que la propia edad y algunas otras condiciones. Otro porcentaje mucho menor, cercano a un 10%, tiene que ver con los antecedentes familiares, es decir, que tenga un familiar de primer grado o conocido que haya tenido cáncer de colon. Después vienen todas las características genéticas de algunos síndromes más raros como los polipósicos, no polipósicos y antecedentes genéticos específicos, además del cáncer de colon asociado a patologías como la enfermedad inflamatoria intestinal”, detalla el especialista.
Sin embargo, destaca el gastroenterólogo: “Esta enfermedad suele ser silenciosa en muchos pacientes, por lo que no hay que esperar a que aparezcan los síntomas para hacer el diagnóstico, sino más bien, se debe estudiar a la población objetivo, sobre los 45 o 50 años, sobre todo si han tenido antecedentes familiares”.
El Dr. Eric Orellana, oncólogo de Clínica Santa María, coincide, explicando que suele ser asintomático, pero en fases más avanzadas puede provocar síntomas como sangrado, dolor abdominal con obstrucción o perforación del colon, e incluso síntomas por compromiso de otros órganos secundario al desarrollo de metástasis.
Prevención y tratamiento
Orellana detalla que dentro de los factores de riesgo están el estilo de vida sedentario, obesidad, poca ingesta de fibras, y aumento en el consumo de comida ultra procesada o chatarra, por lo cual llevar una vida sana es fundamental para disminuir la incidencia de esta patología.
Sobre este punto, el Dr. Díaz afirma que hábitos como una dieta baja en grasas y proteínas animales, bajo consumo de alcohol, no fumar y hacer ejercicio a diario, impactarían de manera positiva, “pero, sin duda, lo que va a evitar el cáncer de colon es que el paciente se chequee precozmente, sobre todo, si ha tenido antecedentes familiares o alteraciones de la parte intestinal que hagan sospechar de la enfermedad”.
“En este caso, se debe acudir a un médico para la realización de un test de screening y dependiendo de la evaluación que se haga y del examen físico que se efectúe, si es que el paciente va directamente, según sus características, a colonoscopía o a un test no invasivo como, por ejemplo, hemoglobina humana en deposiciones u otros”, agrega.
El especialista de Clínica Santa María señala que toda persona mayor de 50 años debería realizarse exámenes de búsqueda de estas lesiones. En el caso de tener antecedentes familiares, debería ser a los 40 años o 10 años antes que el caso más joven diagnosticado en la familia. De este modo las lesiones pueden tratarse antes del desarrollo de un tumor y, en caso de ya presentar cáncer, se puede realizar un tratamiento curativo con mayor probabilidad de éxito.
En ese sentido, el oncólogo de Clínica Ciudad del Mar, agrega: “La colonoscopía es el mejor estudio disponible, porque no solamente ayuda a diagnosticar cáncer de colon y tomar biopsias sino que, además, puede permitirle al médico encontrar lesiones previas (pólipos) o incluso encontrar un cáncer de colon localizado o ‘in situ’, pudiendo realizar un tratamiento endoscópico no quirúrgico, resecando el cáncer de colon, con lo que el paciente queda tratado de inmediato”.
Distinto es cuando ya es más avanzado; en esos casos podría requerirse de cirugía resectiva, es decir, sacar un trozo del colon y, eventualmente, terapia oncológica con un tratamiento de quimioterapia o radioterapia.