Semana santa: salmonelosis aumenta su prevalencia debido al consumo de pescados y mariscos

En nuestro país, cada año se diagnostican más de mil casos de Enfermedades de Transmisión Alimentaria (ETA), de los cuales 200 terminan en hospitalizaciones por tratarse de cuadros agudos y con alto nivel de riesgo. Junto con ello, una de las infecciones más frecuentes es la salmonelosis, enfermedad bacteriana que afecta el aparato intestinal y que generalmente vive en los intestinos animales y humanos y se libera mediante las heces. Los humanos se infectan a través de agua o alimentos contaminados.

Estas situaciones pueden incluso empeorar, como ha sucedido recientemente a un menor de tres años de la comuna de Calbuco que, junto a otros familiares consumieron mariscos contaminados con marea roja, lo que provocó un paro cardiorrespiratorio en el caso del niño, mientras que los tres adultos continúan graves.

“Las ETA son enfermedades de carácter infeccioso o tóxico provocado por el consumo de agua o alimentos contaminados con microorganismos o parásitos. También por sustancias tóxicas que aquellos producen, afectando la salud del consumidor en forma aguda o crónica, a nivel individual o grupal”, señala el Dr. Andrey Ceballos, especialista en medicina preventiva de Clínica Los Carrera.

Cómo evitar las intoxicaciones alimentarias

En estas fechas, el consumo de pescados y mariscos aumenta, con ello el riesgo de intoxicación por alimentos que están contaminados con sustancias perjudiciales para el organismo, como marea roja, o simplemente por manipulaciones, preparación o conservación inadecuada lo que puede afectar gravemente nuestra salud. En este contexto, el Ministerio de Salud hace el llamado a consumir alimentos en lugares establecidos.

Cuando ya se detecta el origen de la intoxicación, “la recuperación será de acuerdo a que tan grave fue la enfermedad y se maneja en unidades intensivas con antibióticos y fluidos endovenosos, hasta régimen liviano y abundante hidratación oral”, explica el Dr. Andrey Ceballos.

“Es importante seguir la dieta post intoxicación, y se recomienda el régimen más liviano posible, comidas sin muchos condimentos, pollo cocido, arroz o fideos blancos, evitar frituras, alcohol, café y lácteos”, enfatiza el especialista en medicina preventiva de Clínica Los Carrera.

Para evitar estas enfermedades, se sugiere el lavado de manos siempre antes de cocinar, no comer ningún tipo de marisco crudo o mal cocido, hervir los mariscos durante al menos 15 minutos, mantener limpia la cocina y respetar la cadena de frío.

La prevalencia de estas enfermedades durante estas semanas aumentan a casi 30 brotes semanales, por lo que las autoridades de la salud hacen el llamado a evitar comprar alimentos en el comercio ilegal como también, cocinar a temperaturas sobre 100°C para estos alimentos, ya que así se desnaturalizan las bacterias, muriendo y dejando de ser dañinas para el organismo.

A pesar de que en la mayoría de los casos el cuerpo se recupera en un corto período de tiempo, las intoxicaciones alimentarias pueden provocar problemas de salud permanentes, e incluso la muerte, especialmente en bebés y embarazadas como también en ancianos y otras personas quienes tengan el sistema inmunológico debilitado.

En este contexto, es importante señalar cuáles son los síntomas que se presentan. Para el Dr. Andrey Ceballos, los síntomas se presentan dependiendo de la cantidad y calidad de los tóxicos ingeridos. “Los síntomas empiezan entre 8 a 72 horas después de la ingestión y, dependiendo del agente involucrado, pueden incluir náuseas, dolor abdominal, vómitos, diarrea, fiebre, dolor de cabeza y/o fatiga”.

El especialista de Clínica Los Carrera enfatiza acudir inmediatamente al servicio de urgencias si la persona presenta síntomas como; cuadros diarreicos agudos con signos clínicos de deshidratación, cólicos en el vientre, dificultad respiratoria, sensación de hormigueo en la boca minutos después de comer, debilidad muscular, incapacidad para mover los brazos y músculos de las piernas.

En definitiva, el paciente será manejado hospitalariamente o de manera ambulatoria dependiendo de la gravedad de la presentación del cuadro clínico.

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