Un estudio realizado en más de 90.000 mujeres posmenopáusicas descubrió que las que consumían al menos una bebida azucarada al día se enfrentaban a un riesgo 78% mayor de desarrollar cáncer de hígado en comparación con las personas que consumían menos de tres raciones al mes de este tipo de bebidas.
«Nuestros resultados sugieren que el consumo de bebidas azucaradas es un factor de riesgo potencialmente modificable para el cáncer de hígado. Si se confirman nuestros hallazgos, reducir el consumo de bebidas azucaradas podría servir como estrategia de salud pública para reducir la carga de cáncer de hígado», señaló Longgang Zhao, candidato a doctor en la Universidad de Carolina del Sur (Estados Unidos) y autor principal del estudio.
Según indicó, «sustituir las bebidas azucaradas por agua y por café o té no azucarados podría reducir significativamente el riesgo de cáncer de hígado».
Zhao, que presentará los resultados en línea en NUTRITION 2022 LIVE ONLINE, la principal reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición, llevó a cabo el estudio con el autor principal Xuehong Zhang, profesor asistente de la Escuela de Medicina de Harvard y de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard y epidemiólogo asociado del Hospital Brigham and Women’s.
La incidencia del cáncer de hígado ha aumentado considerablemente durante las tres últimas décadas. Aunque factores de riesgo como las infecciones crónicas por hepatitis, el consumo de alcohol y la diabetes están implicados en la mayoría de los pacientes, aproximadamente el 40% de los casos de cáncer de hígado no se explican por factores de riesgo conocidos. Los investigadores trataron de averiguar si los factores dietéticos específicos podían desempeñar un papel.
El consumo habitual de bebidas azucaradas, como los refrescos y las bebidas de frutas, se ha relacionado con diversos problemas de salud. Aunque la ingesta de bebidas endulzadas con azúcar ha disminuido en las últimas décadas, sigue siendo común.
Para el nuevo estudio, los investigadores analizaron los datos de 90.504 mujeres posmenopáusicas que participaron en la Iniciativa de Salud de la Mujer, un estudio a largo plazo lanzado a principios de la década de 1990.
Las participantes completaron cuestionarios de referencia a mediados de la década de 1990 y fueron seguidas durante una media de 18 años. Los investigadores evaluaron la ingesta de bebidas azucaradas basándose en cuestionarios validados sobre la frecuencia de los alimentos y confirmaron los diagnósticos de cáncer de hígado utilizando los historiales médicos de las participantes.
Alrededor del 7% de las participantes declararon consumir una o más raciones de 354 ml de bebidas azucaradas al día y un total de 205 mujeres desarrollaron cáncer de hígado.
Las mujeres que consumían una o más bebidas azucaradas al día tenían un 78% más de probabilidades de desarrollar cáncer de hígado y las que consumían al menos un refresco al día tenían un 73% más de probabilidades de desarrollar cáncer de hígado en comparación con las que nunca consumían estas bebidas o consumían menos de tres raciones al mes.
Aunque se necesitarían más estudios para determinar los factores y mecanismos que subyacen a esta relación, los investigadores afirmaron que un mayor consumo de bebidas azucaradas podría aumentar el riesgo de obesidad y diabetes de tipo 2, que son a su vez factores de riesgo de cáncer de hígado. Estas bebidas también pueden contribuir a la resistencia a la insulina y a la acumulación de grasa en el hígado, dos factores que influyen en la salud del hígado.
«El consumo de bebidas azucaradas, un factor de riesgo postulado para la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, puede impulsar la resistencia a la insulina y la inflamación, que están fuertemente implicadas en la carcinogénesis hepática», señaló Zhao.
Los investigadores advierten de que el estudio es observacional y no se diseñó para determinar si las bebidas azucaradas causan realmente cáncer de hígado o si el consumo de bebidas azucaradas es un indicador de otros factores del estilo de vida que conducen al cáncer de hígado. Además, dado que el estudio se centró en mujeres posmenopáusicas, se necesitan estudios con hombres y mujeres más jóvenes para examinar las asociaciones de forma más exhaustiva.