Los científicos han demostrado que es posible invertir un proceso clave que permite a las células del cáncer de páncreas crecer y extenderse por el cuerpo, y creen que este descubrimiento fundamental podría allanar el camino hacia nuevos tratamientos.
Estos hallazgos, publicados en la revista ‘Nature’, muestran que una proteína llamada GREM1 es clave para regular el tipo de células que se encuentran en el cáncer de páncreas, y que la manipulación de sus niveles puede tanto alimentar como revertir la capacidad de estas células para cambiar a un subtipo más agresivo.
Los investigadores del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres (Reino Unido) estudiaron el cáncer de páncreas con el gen que produce la proteína GREM1 desactivado en ratones y en «minitumores» pancreáticos, también conocidos como organoides.
La desactivación de GREM1 hizo que las células tumorales cambiaran rápidamente de forma y desarrollaran nuevas propiedades que las ayudaran a invadir nuevos tejidos y a migrar por el cuerpo. En sólo 10 días, todas las células tumorales cambiaron su identidad y se convirtieron en un tipo de célula peligrosa e invasiva.
La desactivación del gen también hizo que los tumores de los ratones fueran más propensos a extenderse. Los investigadores estudiaron un modelo de ratón de adenocarcinoma ductal pancreático (PDAC), la forma más común y agresiva de la enfermedad. Alrededor del 90% de los ratones en los que no funcionaba GREM1 desarrollaron tumores que se habían extendido al hígado, en comparación con el 15% de los ratones en los que GREM1 funcionaba normalmente.
Los científicos, financiados en gran parte por el Instituto de Investigación del Cáncer (ICR), que además de ser un instituto de investigación es también una organización benéfica, demostraron que el aumento de los niveles de GREM1 podía revertir este proceso y hacer que los tipos de células invasivas volvieran a una forma menos peligrosa. Ahora esperan, en el futuro, utilizar este conocimiento para encontrar formas de revertir el cáncer de páncreas más avanzado en una forma menos agresiva, que sea más fácil de tratar.
Los investigadores, que trabajan en el Centro de Investigación Breast Cancer Now Toby Robins del ICR, subrayan que la ciencia se encuentra en una fase inicial y que se necesitarán importantes cantidades de investigación para descubrir y desarrollar tratamientos que cambien el destino de las células del PDAC y hagan que el tumor responda mejor a las terapias. Sin embargo, descubrimientos fundamentales como éste son cruciales para dirigir los esfuerzos hacia la búsqueda de nuevos fármacos y tratamientos contra el cáncer.
El cáncer de páncreas tiene las tasas de supervivencia más bajas de los cánceres comunes. Menos del 7% de las personas sobreviven cinco años o más.
Los investigadores también descubrieron que otra proteína, llamada BMP2, interviene en la regulación de GREM1, y que estas dos proteínas regulan la forma que acaban adoptando las células del PDAC, según un modelo matemático propuesto por primera vez por Alan Turing en 1952.
Estos «patrones de Turing» se encuentran en la naturaleza -desde los patrones de la piel del pez globo gigante hasta las conchas marinas- y sorprendentemente el mismo tipo de patrones se observa en los diferentes tipos de células que se encuentran en el cáncer de páncreas. Se necesitan más estudios para determinar si este modelo es también aplicable a otras formas de cáncer.
El profesor Axel Behrens, jefe del Equipo de Células Madre del Cáncer del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres, y autor principal del estudio, asegura que «se trata de un descubrimiento importante y fundamental que abre una nueva vía para descubrir tratamientos contra el cáncer de páncreas. Hemos demostrado que es posible invertir el destino de las células del cáncer de páncreas en el laboratorio, es decir, hacer retroceder el reloj de los tumores agresivos y cambiarlos a un estado que los haga más fáciles de tratar», resalta.
«Al comprender mejor lo que impulsa la propagación agresiva del cáncer de páncreas, esperamos aprovechar este conocimiento e identificar formas de hacer que el cáncer de páncreas sea menos agresivo y más tratable», añade.
Por su parte, el profesor Kristian Helin, director ejecutivo del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres, recuerda que «el cáncer de páncreas es uno de los más devastadores de todos los cánceres: la forma más común de la enfermedad se propaga de forma agresiva, lo que hace que sea difícil de tratar y un diagnóstico aterrador para los pacientes y sus seres queridos».
«Este nuevo hallazgo ha ampliado nuestra comprensión de las bases moleculares de cómo el cáncer de páncreas adquiere la capacidad de crecer y extenderse por el cuerpo –subraya–. Aunque se necesita más trabajo, este tipo de investigación fundamental es esencial para desarrollar conceptos para tratamientos nuevos y más eficaces contra el cáncer».