Cada agosto, Mes del Corazón, se convierte en una oportunidad para visibilizar la problemática de las enfermedades cardiovasculares, que se posicionan como la principal causa de muerte a nivel mundial. Los hábitos de vida, los factores de riesgo cardiovascular e incluso las enfermedades cardíacas comienzan en su mayoría desde la infancia. Por ello, esa es la fase más importante para su control y prevención.
Según los últimos datos sobre hábitos de vida de la población infantil aportados por la Organización Mundial de Salud (OMS), cada vez son más los menores que pueden tener problemas cardiovasculares en el futuro, ya que uno de cada cinco niños es obeso.
Cristián Claveria, médico especialista en cardiología pediátrica de UC Christus, indica que “los síntomas o problemas cardíacos se pueden presentar desde la vida fetal en adelante. Por lo tanto, es fundamental el adecuado control y supervisión de la salud en las diferentes etapas vitales para poder reconocer síntomas y signos clínicos, que orienten sobre el estado de salud cardiaca y poder detectar precozmente la existencia de una patología”.
El especialista explica que, entre los síntomas más comunes por los que un niño ameritaría una consulta cardiológica, se encuentran los siguientes:
• Cambios significativos en la capacidad física
• Cansancio o sensación de falta de aire, que se nota en pequeños esfuerzos en un niño que realizaba previamente actividades físicas sin problemas
• Dolor en el lado izquierdo del tórax que se presenta con los esfuerzos físicos intensos
Enfermedades del corazón en niñas y niños
El profesional comenta que las enfermedades cardiovasculares más comunes en la etapa de la niñez, corresponden a cardiopatías congénitas.
Claveria hace énfasis en puntualizar que “uno de cada 100 recién nacidos (1%) va a tener una cardiopatía congénita y, de éstos, más de un tercio (mayor al 30%) va a necesitar cirugía cardíaca durante el primer año de vida” .
Este tipo de cardiopatías corresponde a la malformación del corazón durante el desarrollo fetal, y son la principal causa de enfermedad cardíaca en la edad pediátrica. El diagnóstico oportuno y tratamiento debe ser realizado por un equipo multidisciplinario de cardiólogos y cirujanos cardiovasculares, entre otros, ya que muchas de estas malformaciones pueden requerir cirugía.
¿Cuáles son los síntomas?
Muchos estudios han revelado la importancia del cuidado del corazón desde temprana edad, por ello el especialista señala que es vital que los padres pongan especial atención a algunos signos de alarma que podrían indicar que su hijo/a padece una enfermedad cardiovascular:
• Cambio en la capacidad física o cansancio, sobre todo si esto se asocia a palidez intensa de la piel
• Coloración azul generalizada en la piel persistente, conocida como cianosis
• Dificultad para ganar peso
• Respiración superficial y rápida
• Dificultades para alimentarse, se cansa
La complejidad del corazón también implica que, en ocasiones, los infantes no presentan síntomas importantes en una etapa temprana, por lo que la detección de patologías se hace difícil. Por eso, el médico especialista destaca que “es muy importante mantener los controles con su pediatra en forma regular, y consultar precozmente frente a signos de alarma descritos previamente”.
¿Cómo cuidar el corazón de mi hijo?
En el Mes del Corazón, el Dr. Cristián Claveria, entrega ocho consejos para que los padres puedan asegurar una óptima salud cardíaca para los más pequeños:
• Alimentación sana y variada, comer carnes blancas, preferiblemente el pescado, frutas y verduras. Se sugiere brindar lactancia materna por lo menos hasta los 6 meses de edad. Idealmente, evite la comida chatarra en los niños.
• Realizar actividad física en familia, lo recomendado es una hora diaria de actividad física con intensidad moderada. Evitar que los niños y niñas dediquen gran parte de su tiempo frente a una pantalla.
• Control pediátrico de rutina y prevención sobrepeso u obesidad.
• Evitar la exposición a sustancias contaminantes en el hogar, que producen un daño directo sobre el corazón. Aquí hay que decir un NO grande al tabaquismo y reforzar la idea de una casa libre del humo de cigarrillo.
• Promover el descanso reponedor y sueño saludable.
• Mantener niveles de lípidos en sangre en valores adecuados (colesterol).
• Controlar y prevenir la hipertensión arterial.
• Mantener los niveles de glucosa en sangre en rangos adecuados (glicemia).
Fuente: Red de Salud UC Christus.