Comunicación de posibles efectos secundarios de los medicamentos es mal evaluada entre hospitalizados

A partir de los datos recopilados de la literatura académica, un estudio realizado por la profesora del Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, Verónica Fuentes, otorgó importante información sobre cómo los pacientes hospitalizados evalúan la experiencia.

La investigación se basa en una encuesta aplicada en dos instituciones de salud de alta complejidad, ubicados dentro y fuera de la Región Metropolitana, que contempló una muestra de 773 pacientes, que identificó una serie de dominios relevantes para medir la experiencia usuaria en hospitales.

Estos abordan la atención brindada antes, durante y después de la hospitalización, e integran también aspectos asociados a la seguridad de los pacientes.

“Tener un mecanismo que permita monitorear situaciones que pueden dar la alerta de que algo no está funcionando adecuadamente, puede ayudar a prevenir el daño a los pacientes”, señala la académica sobre los resultados preliminares de estudio.

Resultados

En la evaluación global de los hospitales analizados, seis de cada 10 pacientes evaluaron con una calificación de 9 a 10 la atención recibida, donde 0 se asocia a una mala atención y 10 a una excelente atención.

En tanto, la comunicación de los posibles efectos secundarios de los medicamentos es uno de los aspectos peor evaluados por los pacientes hospitalizados en ambos recintos, pues solo un 37,1% de los pacientes del hospital A y un 35,7% del hospital B señalaron que el staff de profesionales de la salud les dio información clara.

“Esto parece ser consistente con los resultados de investigaciones que señalan que una de las principales causas de daños en pacientes provienen de errores de medicación. Si el paciente está poco informado respecto de qué cosas debiera esperar que le ocurran, no va a poder ser un actor que ayude a detectar situaciones anómalas. Entonces no se va a convertir en una barrera más para evitar o contribuir a minimizar el daño”, explica la académica.

Evaluaciones positivas

Cuando se les preguntó a los encuestados si el staff les explicó para qué eran los medicamentos indicados en su tratamiento, antes de tomar la primera dosis, la cifra sube a un 58,6% en el hospital A y un 55,4% en el hospital B.

Con relación a si se les consultó si estaban de acuerdo con el tratamiento propuesto o si querían hacer cambios, un 55% de los pacientes del hospital A respondieron de manera afirmativa, mientras que para el hospital B la cifra sube a un 61,8%.

Asimismo, seis de cada 10 pacientes, en ambos hospitales, indicaron que el lenguaje utilizado al recibir explicaciones del personal médico era fácil de entender.

Respecto del feedback entregado por los profesionales de salud sobre aspectos relacionados a los resultados de una intervención quirúrgica, un 66,9% de los pacientes del hospital A y un 64,4% del hospital B, indicaron que sí lo recibieron.

Consultados si el staff les explicó por qué tenían que hacerse exámenes, y si les explicaron los resultados de dichos exámenes, las cifras se mantienen.

Asimismo, seis de cada 10 encuestados respondió que sus familiares fueron informados sobre su estado durante su estadía en el hospital. Así también, ocho de cada 10 encuestados señaló que no hubo descoordinaciones entre lo que decían los miembros del staff de salud.

Aporte a mejoras efectivas

Sobre la entrega de un trato digno e integral por parte del staff, al estar dispuesto a escuchar y responder las inquietudes y dudas de los pacientes, un 75,5% del hospital A y un 76,4% del hospital B, respondió de manera afirmativa.

Consultados si estaban satisfechos respecto a la disponibilidad de recursos humanos, en general, las cifras difieren por recinto: un 73,8% del hospital A dijo que sí; mientras que casi la mitad de los pacientes del hospital B no lo estuvo.

Sin embargo, más de la mitad de los encuestados de ambos hospitales, un 60,3% y 64,5% del hospital A y hospital B, respectivamente, sintieron una gran confianza en los médicos que los atendieron.

“Tener un instrumento que capture las percepciones de los pacientes respecto de la atención recibida ayuda a superar la barrera del desconocimiento. El monitoreo continuo permite determinar si las iniciativas emprendidas para impulsar las mejoras están siendo efectivas, así como tener información adicional a los sistemas de notificación”, enfatiza la académica.

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