Especialistas en salud mental entregan consejos sobre cómo enfrentar este fin de año

En dos meses y unos días el año llegará a su fin. Han sido tiempos complejos, hemos sobrevivido a una pandemia, los trabajadores retornan a la presencialidad, los escolares se preparan para la prueba que define el ingreso a la universidad y se vienen las fiestas. Todo esto en un país y un mundo con conflictos sociales, económicos y políticos.

El escenario es desafiante para cualquiera y el sentirse superado o agobiado es normal en esta época de preocupaciones, estrés y angustia. Sin embargo, hay esperanza y estrategias para enfrentar mejor este tiempo.

“Esta incertidumbre genera un escenario bien desfavorable para el cerebro, más en el contexto actual del país y del mundo que habitamos. El cerebro es una máquina de anticipación y de crear el futuro, es su principal tarea. Y es por eso que estamos todo el tiempo haciendo esta anticipación, planificando y creando el futuro a distintos niveles, por ejemplo ¿Qué almorzaré? ¿Qué haré en caso de que no pueda llegar al médico? ¿Qué voy a hacer a fin de año? ¿Con quién voy a pasar las fiestas? ¿Dónde voy a ir de vacaciones?”, dice Paulina Barros, psicóloga y académica del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

“Entonces, es comprensible que el fin de año genere ansiedad y la podemos entender como un estado emocional orientado al futuro y que se caracteriza por esta expectativa de amenaza. Y la expectativa de amenaza puede ser real o también puede ser imaginaria”, agrega.

¿Qué hacer para sobrellevar mejor esta ansiedad, estrés y complicaciones del fin de año?

El Dr. Pablo Gaspar, psiquiatra, académico Facultad de Medicina e investigador del Núcleo Milenio Imhay, dice que hay que tomar el control de nuestras vidas de forma activa.

“Este año, mucho más que en los anteriores, necesitamos tomar acciones proactivas. Esto es bien relevante porque durante todo el 2020-2021 han sucedido muchas cosas a nivel social, familiar y personal, entonces más que pasiva tenemos que tomar una actitud activa frente a tomar algún tipo de actividad que nos permita pasar este fin de año”, dice el especialista.

“Una de las principales es la planificación, ojalá de todo orden: planificar desde el punto de vista de aprender cosas nuevas que nos permitan relajarnos, desconectarnos. Y eso es anticiparse en el sentido de que hay que empezar ahora y no dejarlo para diciembre”, añade.

Estrategias

Planificar todos los asuntos que dependan de uno mismo, gestionar el tiempo y diferenciar entre lo importante y lo urgente es, en esta línea, una de las estrategias a implementar. Es necesario también no sobreexigirse, pues somos seres humanos y tenemos límites, según coinciden los especialistas.

“Planificarse también es reconocer que uno tiene un límite, la resiliencia de cada persona es individual y tiene un límite. Que hay cosas que uno puede hacer, pero también hay cosas que uno no puede hacer y, en ese sentido, es importante en términos de priorización. No es lo mismo lo urgente y lo importante. Lo urgente tiene un límite de tiempo, lo importante tiene que ver más con la consecuencia de eso”, indica el Dr. Gaspar.

“Cosas urgentes pueden ser, por ejemplo, entregar en un límite corto de tiempo un proyecto o darle de comer a la guagua, que no se pueden dejar para después, pero las tareas importantes incluso se pueden delegar. Entonces, uno tiene que empezar a juzgar cuánto es lo urgente y lo importante. Es bueno hacer una lista de cosas y priorizar”, resalta.

Importancia vs urgencia

Paulina Barros agrega que uno tiende a confundirse. “Sobre todo cuando se está con mucha cosa y ansiedad es difícil distinguir qué es lo importante y qué es lo urgente”, expresa.

“Al hacer este ejercicio de planificar y distinguir las cosas importantes de las urgentes, ya tengo la sensación de que me estoy haciendo cargo de lo que me pasa o de la dificultad que tengo. Y voy además disminuyendo la incertidumbre porque sé lo que me toca hacer, en qué momento se va a solucionar, etcétera. Es una buena estrategia”, puntualiza.

Asimismo, es relevante mantener los hábitos saludables y hacer ejercicio, especialmente ahora en estos últimos meses, y aprender nuevas formas de relajarse.

Hoy existen muchas alternativas de actividades que pueden generar un disfrute y producir endorfinas, disminuye asimismo el efecto de las hormonas del estrés que es el cortisol, lo que va provocando sentirse un poco mejor. Una buena higiene del sueño también es recomendable, cuidar las horas necesarias para tener un sueño reparador y descansar, apagando pantallas temprano.

“Uno a veces mira los pasatiempos como la actividad que puedes hacer cuando te queda tiempo, pero en realidad es importante darle espacio porque son espacios con uno mismo. Y estos momentos de pasatiempo, que puede ser jardinear, pintar, jugar a la pelota, hacer collage, tejer, generan estados especiales a nivel de nuestro cerebro similares a la meditación. Entonces, si uno no medita, tener estos espacios ayuda a disminuir la ansiedad y alcanzar un mejor bienestar”, dice la psicóloga.

Socializar es fundamental

Los humanos somos seres sociales. Por lo tanto, es importante también compartir las preocupaciones, verbalizarlas con amigos, personas de confianza o seres queridos y no darle más vueltas de las necesarias a los problemas.

“La persona es un ser social, el cerebro es un ser social y, por lo tanto, el ejercicio físico con otras personas puede ayudar a mejorar las relaciones interpersonales, puede mejorar la comunicación filial padre- hijo, madre-hija, pueden ayudar a la relación de pareja. O sea, todas estas cosas que estamos hablando se pueden hacer en conjunto”, dice el Dr. Gaspar.

«Muchas veces uno tiene un problema o una preocupación y se queda dando vuelta con esa preocupación y la masticas y la masticas y no llegas a muchas alternativas o soluciones, sino que te das vuelta en el mismo problema y muchas veces luego lo aumentas, empiezas a darle más, más problemas. Entonces, una buena estrategia es compartir estas preocupaciones con otra persona de confianza y así la persona al escucharme, al verbalizar, ya estás reevaluando de nuevo y con otra perspectiva, con la que te ofrece la otra persona a esta preocupación y ese proceso de reevaluar contribuye mucho a disminuir la ansiedad porque le das otra perspectiva al problema y eso ayuda”, dice la psicóloga.

Respecto de las condiciones externas que nos rodean, como la situación mundial y de país que estamos atravesando, es necesario tomar conciencia de que no tenemos ningún control sobre eso, pero es natural que uno se preocupe. Sin embargo uno puede hacerse cargo, trabajar con estas estrategias para cuidarnos a nosotros mismos y cuidar nuestra salud mental.

“Si esta sensación de ansiedad es muy intensa, no te deja dormir en la noche, estás con las imágenes ahí constantemente, con la preocupación que no te la sacas, aun cuando estás haciendo actividades que te agradan, y en el fondo interrumpe con el desarrollo de tu vida cotidiana y tu actividad cotidiana, ahí tenemos que pedir ayuda profesional”, concluye la experta.

Fuente: Universidad de Chile.

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