Según un estudio realizado por investigadores de Estados Unidos, México, Suecia y Suiza, la exposición al sonido con un volumen demasiado alto puede fatigar las células sensoriales y las estructuras del oído.
La investigación publicada en la revista académica BMJ Global Health demostró que, si este hábito se prolonga por demasiado tiempo, estas células podrían resultar dañadas de forma permanente generando pérdida de audición, tinnitus o ambos.
“Calculamos que entre 670 y 1.350 millones de personas de entre 12 y 34 años en todo el mundo tienen prácticas auditivas poco seguras” y, por lo tanto, corren el riesgo de sufrir una pérdida de audición, afirma la autora principal del estudio, Lauren Dillard, publicó Futuro 360.
Prácticas inseguras
Los científicos realizaron un metaanálisis de artículos sobre prácticas auditivas inseguras publicados entre 2000 y 2021 en tres bases de datos. Se hizo un seguimiento según el uso de auriculares y la asistencia a lugares de ocio, como conciertos, bares y discotecas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos limitan los niveles de ruido seguros a unos 85 decibeles durante 40 horas a la semana. Si solo se escucha durante 2,5 horas al día, eso equivale a unos 92 decibelios, indica el estudio.
La investigación expuso que las personas que escuchan audios conectados a un teléfono inteligente, suelen elegir volúmenes de hasta 105 decibeles, y en los locales estos suelen oscilar entre los 104 y los 112 decibeles.
Recomendaciones de la OMS
“Millones de adolescentes y jóvenes corren el riesgo de sufrir pérdida de audición debido al uso inapropiado de dispositivos de audio personales y a la exposición a niveles de sonido nocivos en lugares como clubes nocturnos, bares, conciertos y eventos deportivos”, señala la Dra. Bente Mikkelsen, directora del Departamento de Enfermedades No Transmisibles de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La profesional añade que “el riesgo se intensifica porque la mayoría de los dispositivos de audio, lugares y eventos de entretenimiento no ofrecen opciones de escucha seguras y contribuyen al riesgo de pérdida de audición. Por ello, la nueva norma de la OMS tiene por objeto ofrecer mejores salvaguardias a los jóvenes en sus actividades de ocio”.
Entre las recomendaciones para velar que dichos lugares y eventos limiten el riesgo de pérdida de audición entre sus clientes sin perder por ello la alta calidad del sonido están:
• Un nivel sonoro medio máximo de 100 decibelios
• Seguimiento y registro constante de los niveles sonoros con equipos calibrados por personal designado a tal efecto.
• Optimización de la acústica y los sistemas de sonido de la sala para garantizar una calidad de sonido agradable y una escucha segura.
• Entrega al público de protección auditiva personal, junto con instrucciones de uso.
• Acceso a zonas silenciosas para que los oídos descansen y disminuir el riesgo de daño auditivo.
• Formación de los trabajadores y distribución de información entre ellos.