¿Cómo identificar a tiempo si un adolescente sufre trastornos alimentarios?

Los trastornos alimentarios se presentan con alteraciones en la conducta de la alimentación y en la distorsión de la imagen corporal. En los adolescentes, estas patologías son la tercera enfermedad crónica más común, después de la obesidad y el asma.

Según la Dra. María Verónica Marín, pediatra y nutrióloga infanto-juvenil de la Clínica Ciudad del Mar, “estos trastornos psíquicos pueden alcanzar una mortalidad de 6 a 12% por causas médicas y psiquiátricas”.

Con relación al porcentaje de suicidio en adolescentes que tienen esta patología, la experta alerta que “va desde el 1.8 al 7.3%, por eso, es muy importante realizar un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado”.

¿Cuándo y por qué se presenta?

Los trastornos alimentarios pueden presentarse en personas con diferentes formas y tamaños corporales, incluidas aquellas con sobrepeso y obesidad. Sin embargo, el período de la vida en que existe un mayor riesgo de presentar estas patologías, es durante la adolescencia media y tardía.

La especialista señala que no tienen una causa única, sino que son el resultado de una compleja interacción de varios factores. Las dietas sin supervisión médica son el principal desencadenante de estas enfermedades.

La Dra. Marín explica que quienes desarrollan estos trastornos, suelen reaccionar a la defensiva y enojarse cuando se les habla sobre el tema. A muchos les cuesta admitir, incluso a sí mismos, que tienen un problema con la alimentación, peso y figura.

Cambios de conducta

La pediatra indica que es necesario acudir a un especialista frente a la presencia de alguno de los siguientes signos u otras conductas que hagan sospechar de un trastorno alimenticio. También se recomienda consultar a un médico cuando se inicie una dieta, aunque esté justificada por la presencia de sobrepeso.

• La persona controla atentamente la cantidad de alimentos que consume.
• Tiene una ingesta de alimentos insuficiente y bajas en grasas e hidratos de carbono.
• Controla su peso de forma reiterada.
• Está muy disconforme con su cuerpo, teniendo un peso normal o bajo.
• Evita actividades sociales que implican comer.
• La figura determina su ánimo y actividades sociales.
• Come grandes cantidades de comida con sensación de descontrol o a escondidas.
• Está deprimida, irritable o ensimismada.
• Consume laxantes, diuréticos o realiza diversas dietas para bajar de peso.
• Existe sospecha de la presencia de vómitos autoinducidos y se levanta a comer después de haberse dormido en la noche.

Prevención y tratamiento

“Estas patologías se pueden prevenir educando a los niños sobre alimentación saludable, no promover ideales corporales, destacar la importancia del respeto y aprecio a la diversidad de cuerpos y figuras, reforzar su autoestima y autoimagen, impulsar el cuidado del cuerpo focalizado en lo saludable, no realizar métodos para bajar de peso que no sean indicados y supervisados por especialistas”, plantea la Dra. Marín.

El pronóstico en adolescentes es mejor cuando el diagnóstico es precoz. En relación al tratamiento, la experta dice que es complejo, largo y requiere la participación de un equipo multidisciplinario compuesto por psiquiatra, psicólogo, nutriólogo, cardiólogo y terapeuta familiar.

“Es fundamental comprender y empatizar con el sufrimiento que esta enfermedad genera. La labor de los adultos a cargo de estos pacientes es fundamental, ya que serán los encargados de ejecutar las indicaciones del equipo tratante día tras día, supervisar el cumplimiento de las pautas de alimentación, contener y empatizar con sus hijos sin perder la consistencia ni el vínculo afectivo, para lograr una remisión completa de estos cuadros”, concluye la especialista.

Fuente: Clínica Ciudad del Mar.

Compartir este artículo

Artículos relacionados