Comúnmente asociado a un consumo excesivo de alimentos y un estilo de vida sedentario, la obesidad puede caer en generalizaciones, estigmas e imposiciones. En Chile, cerca del 70% de la población posee sobrepeso u obesidad, cifra que da cuenta de la gravedad de este problema de salud pública que distintas campañas y políticas no han podido contrarrestar.
Frente a ello, académicas del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) y de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile recurren a estudios recientes que dan cuenta de la variedad de factores que pueden incidir en el sobrepeso u obesidad de cada persona.
Patricia Gálvez, academia del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina e integrante del Grupo Transdisciplinario para la Obesidad de Poblaciones (GTOP) de la Universidad de Chile, resalta cómo el cuerpo se ha vuelto objeto de escrutinio e imposición de cánones de belleza.
“Uno tiende a mirar en menos a esa persona que tiene sobrepeso (…) En el fondo, se asocia a esta persona que tiene exceso de peso, con que es una persona floja, que no es capaz de controlar sus hábitos y que no se mueve”, sostiene.
Este contexto ha provocado la estigmatización tanto del sobrepeso como de quienes lo padecen, estereotipos que, según señala la profesora Gálvez, encasillan a todo un grupo de individuos.
“Uno no sabe qué hay detrás de esa condición de sobrepeso u obesidad (…) A lo mejor, la alimentación pasa a ser un elemento que esta persona usa para controlar sus emociones. Por otro lado, tampoco sabemos si esta persona es una persona activa que hacer ejercicio y que metabólica o internamente es una persona que está saludable”, expresa Gálvez.
Metabólicamente saludables
La académica Mariana Cifuentes, del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), ha estado investigando específicamente sobre cómo tanto personas con sobrepeso como personas con obesidad pueden ser metabólicamente saludables.
“Lo que nosotros estamos tratando de entender es cómo funciona su grasa y su organismo, para tratar de ayudar los mecanismos que están funcionando en estas personas que tienen obesidad, pero que son metabólicamente sanas, para que puedan entonces ayudar a las personas que -acompañada de obesidad- también tienen hipertensión, diabetes mellitus, etcétera”, explica la académica del INTA.
Cifuentes hace el énfasis en denominarlas saludables en lo metabólico, aludiendo a que, de todas formas, las personas con obesidad tienen otros tipos de problemas que no se limitan solamente a lo metabólico.
“Pueden ser problemas de un ámbito psicológico, una relación con un tipo de cáncer o problemas de movilidad”, afirma Cifuentes.
En muchos casos, el nivel de presión sobre las personas con obesidad los lleva a adoptar dietas extremas, que reducen el consumo de calorías de forma abrupta y al mínimo.
Mariana Cifuentes ve este tipo de prácticas con gran preocupación y hace un llamado a no adoptarlas por los distintos riesgos que representan para la salud, tanto a nivel físico como psicológico.
“Las dietas extremas lo que buscan es una solución rápida a un problema que puede rastrearse por años, décadas (…) Todo aquello que tiene que ver con lo que es extremo y agudo, la verdad es que solo va a empeorar las cosas”, advierte.
Como abordar la obesidad
Unos de los temas clave es la percepción que la gente tiene sobre los cuerpos ajenos. Es por ello que, en el último tiempo, se han desarrollado movimientos que desincentivan el opinar sobre otras personas, una iniciativa que la nutricionista Patricia Gálvez valora. “Creo que es súper bueno que cada uno de nosotros, como persona, sea consciente de lo que hace y lo que dice frente a personas que uno conoce”, indica.
De hecho, uno de los lugares donde las personas con obesidad identifican un mayor estigma es dentro de las mismas familias, espacio en que la discusión del peso se puede volver habitual, mientras que se deja de lado el acercamiento a una consulta.
“Deberíamos dejar de hablar de peso, es importante que el peso no sea el centro de la conversación. Creo que esto de buscar que siempre la gente baje de peso genera un estrés que no favorece al tratamiento. Pienso que hay que hacer metas más chiquititas”, plantea Gálvez.
Cifuentes coincide con esta mirada, y señala que siempre hay que tener en consideración la diversidad de cada individuo.
“No podemos mirar a todas las personas con obesidad con la misma vara. Entonces, nos tenemos que preocupar más que nada de la persona que con esa obesidad tiene un desorden alimenticio y tiene, en el fondo, un estilo sedentario. Sí hay una persona con obesidad, pero es una persona activa, es una persona que come saludable, eso no es urgente o hay una preocupación de que esa persona tiene una enfermedad”, comenta.
Fuente: Universidad de Chile.