La organización Mundial de la Salud (OMS) publicó recientemente la Lista de Patógenos Fúngicos Prioritarios (LHPP), elaborada mediante un proceso cooperativo internacional que se centró en registrar aquellos causantes de infecciones invasivas, agudas o subagudas, en las que se han detectado amenazas para la salud.
El propósito de la OMS al elaborar la LHPP es enfocar los esfuerzos de diagnóstico y vigilancia de estos patógenos, estimular la investigación, el desarrollo y la innovación en el tratamiento de las enfermedades que causan y estimular el diseño de medidas de intervención de salud pública.
También pone de manifiesto el aumento de la amenaza causada por estos patógenos debido al incremento de la resistencia a antifúngicos, las limitaciones del diagnóstico y la falta de acceso a medidas de tratamiento, especialmente en países de ingresos más bajos.
La lista está dividida en tres apartados:
Grupo crítico: con los patógenos más dañinos: Cryptococcus neoformans, Candida auris, Aspergillus fumigatus y C. albicans.
Grupo de alta prioridad: en esta categoría entran C. glabrata, Histoplasma spp., los agentes causantes de las enfermedades de la piel llamadas eumicetomas, Mucorales, Fusarium spp., C. tropicalis y C. parapsilosis.
Grupo de prioridad media: es el de Scedosporium spp., Lomentotospora prolificans, Coccidioides spp., C. krusei, Crypococcus gattii, Talaromyces marneffei, Pneumocystis jirovecii y Paracoccidioides.
De los 19 hongos incorporados a esta lista, 14 actualmente están en Chile, incluyendo los cuatro calificados como de importancia crítica.
“Resulta grave especialmente en personas cuyo sistema inmune se encuentra comprometido, por ejemplo, pacientes en quimio, radioterapia o personas afectadas por VIH/SIDA, ya que pueden provocar graves enfermedades e incluso la muerte”, comenta la Dra. Marcia Astorga, del Grupo de Investigación en Alimentación y Nutrición Humana de la Universidad Autónoma de Chile.
“De ahí que sea muy importante mantener no solo las recomendaciones médicas en estos pacientes, sino que también las condiciones de higiene dentro y fuera del hogar, ya que los hongos según su tamaño pueden fácilmente transportarse por el aire o las superficies”, agregó.
En este sentido pueden diseminarse a través de esporas microscópicas: se han detectado hasta 50.000 por metro cúbico en el aire. Si tenemos en cuenta que respiramos en torno a 8 000 litros de aire al día, podríamos entrar en contacto con unos 50 millones de esporas de hongos cada jornada. Y eso sólo considerando las vías aéreas.
Perjuicio por sobre beneficio
La Dra. Marcia Astorga alerta que “debido a la alta proporción de hongos perjudiciales por sobre los beneficios, resulta de suma importancia informarse tanto de los posibles patógenos a los que estamos expuestos, como a los posibles hongos tóxicos de nuestro entorno, sobre todo en esta época donde las personas visitan lagos, campos o parques nacionales, donde suelen encontrarse con hongos que pudiesen generar curiosidad por sus formas o colores”.
Es importante seguir las instrucciones de los guías de turismo o personas locales, e informarse para disfrutar del periodo estival sin riesgos y “aprovechar lo bello de la naturaleza de nuestro país en todas sus formas, incluyendo los hongos”, finaliza.
Fuente: Centro de Comunicación de las Ciencias, Universidad Autónoma de Chile.