En Chile, la asfixia por inmersión es la primera causa de fallecimiento accidental en menores entre uno y cuatro años, siendo la época de verano donde las urgencias reciben mayor número de casos producto del uso de piscinas y playas.
El pediatra de la Clínica Tarapacá, Dr. Juan Carlos González, explica que este suceso se considera una insuficiencia respiratoria producida por “el ingreso del organismo en un medio acuoso, y es lo suficientemente grave como para necesitar maniobras de soporte vital en el lugar y luego ser transportado a un servicio de urgencia”.
En algunos casos, asegura el profesional, “la cantidad de agua para producirse un ahogo puede llegar hasta cinco centímetros de altura”.
Constante vigilancia
Según datos del Ministerio de Salud, anualmente se registran 340 ahogamientos, producidos en más de la mitad de los casos en piscinas particulares. En el 70% de estos eventos, el menor estaba siendo supervisado por un adulto al momento del accidente.
Otra cifra preocupante es que por cada ahogamiento existe uno a cuatro hospitalizados donde el 20% podría quedar con alguna secuela.
Según el especialista, “jugar en el agua puede ser muy divertido, sobre todo en verano debido a las altas temperaturas. Sin embargo, es muy importante la supervisión de un adulto en todo momento, ya que los casos de asfixia por inmersión ocurren cuando el adulto a cargo desvía su atención”.
Prevención
El pediatra resalta que “tomar precauciones es vital para que estos accidentes no ocurran, entre ellas recomendamos instalar rejas de seguridad, la cual debe cubrir toda la piscina, que el acceso de entrada a los menores sea lo más difícil de abrir para un niño. Además, de que esta infraestructura no tenga barras horizontales que permitan al menor escalar”.
El Dr. González sugiere que lo ideal es que los niños y niñas tengan clases de natación, y que siempre usen chaleco salvavidas. En el caso de menores de cuatro años, no se recomienda que éstos ingresen a piscinas.
Actuar a tiempo
La atención en un centro de urgencia será fundamental para evitar secuelas y complicaciones. Sin embargo, mientras se acude a un recinto asistencial o éste llega al lugar del incidente, se pueden realizar acciones que permitirán salvar la vida de un infante.
Una de ellas es la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP), que tiene un relevante impacto en la recuperación de un paciente que ha sufrido asfixia por inmersión.
“En tan sólo 30 segundos un niño comienza a ahogarse, por lo que debe haber cero distracciones por parte de los adultos. También es relevante que padres o cuidadores cuenten con un curso o capacitación en maniobras de RCP básico”, indica el experto.
Además, el médico subraya que es de suma importancia sacar lo más pronto posible al menor de la piscina, dado que los casos que más diagnósticos complejos presentan es cuando el tiempo de inmersión supera los tres minutos, y donde existe un retardo en las maniobras de reanimación.
El Dr. González indica que en caso de un accidente es aconsejable seguir los siguientes pasos:
1. Primero se debe poner a la persona acostada de espalda sobre una superficie dura. Ver si está respirando. Luego, despejar la vía aérea, sobre todo de la lengua, ya que a veces puede obstruirla. Si está acompañado, que otra persona pida ayuda mientras usted reanima.
2. Si está respirando poner de lado, a fin de ayudarlo a botar el agua.
3. Si no está respirando, se inicia la reanimación con respiración boca a boca, soplando aire por la boca de la persona ahogada para suministrar oxígeno a sus pulmones. Repetir dos veces.
4. Iniciar masaje cardíaco con el objeto de mantener la sangre circulando. Para esto, debe colocar la base de una mano en el centro del esternón y aplicar presión hacia abajo de tal modo que se comprima el pecho. Realizar 30 compresiones de manera rápida, con una frecuencia de 100 por minuto de forma rítmica y permitiendo que el tórax vuelva a expandirse después de cada compresión, sin parar.
5. Volver a dar respiración boca a boca.
6. Repetir esta secuencia cinco veces, lo que equivale a alrededor de dos minutos, antes pedir ayuda y llamar al servicio de emergencia o concurrir a una unidad de urgencia.
7. Continuar con la reanimación cardiopulmonar hasta que la persona se recupere o llegue ayuda.