En Chile, según datos del Ministerio de Salud, más de 300 personas sobre 65 años se quitan la vida anualmente. En el grupo de 80 años o más, se estima una tasa de 15% de incidencia, una de las más altas de Latinoamérica.
Estas cifras, a juicio del jefe de la Unidad de Psicogeriatría del Instituto Nacional de Geriatría, Roberto Sunkel, están relacionadas a diversos factores que perjudican la salud física y mental, como la “variable socioeconómica y de desconexión social”.
Para el especialista, la precaria situación en la que viven muchas personas mayores por las bajas pensiones, la poca o nula participación social y la brecha en alfabetización digital se traduce en un mayor aislamiento.
“El aislamiento es uno de los mayores factores de riesgo del suicido en las personas mayores”, advierte Sunkel. Y, agrega, “sentirse solo es lo más peligroso desde el punto de vista de la salud mental”, consignó el Diario Concepción.
Vejez no es sinónimo de enfermedad
El experto plantea que “el envejecimiento no es sinónimo de enfermedad, sino que a mayor edad aumenta la probabilidad de enfermedad y hay unas más presentes en personas mayores que se asocian a tasas más altas de depresión”.
La relación entre las afecciones y la depresión se da por mecanismos orgánicos y por los impactos en la calidad de vida que los diagnósticos pueden conllevar.
“La depresión influye sobre los pronósticos de las enfermedades. El riesgo cardiovascular y de sufrir un infarto aumenta 5 veces en las personas mayores con depresión”, detalla el psiquiatra al mismo medio.
Por factores como abandono familiar, fallecimiento o migración, “cada vez en Chile viven más personas mayores solas”, añade Sunkel. “Y la soledad y su sensación inciden en el estado de desesperanza, tan devastador y perjudicial para la salud mental”, sentencia.
Importancia de la socialización
La prevención es fundamental en casos de depresión y en un potencial riesgo de suicidio en adultos mayores. Según el psiquiatra, hay que combatir el hecho de que se sientan solos o solas.
“Es esencial lo que familia, comunidad y sociedad hagan para acompañar, contener y dar soporte a las personas mayores con sus necesidades e intereses”, reflexiona. “Mientras más redes, hay menos riesgo o probabilidad de sentirse solo”, sostiene.
En términos de lograr un envejecimiento saludable, es necesario llevar una alimentación adecuada, practicar regularmente actividad física, acceder a controles preventivos y detectar oportunamente las enfermedades para iniciar rápido los tratamientos.
“Desde el punto de vista cerebral el mejor estímulo es la socialización”, destaca el profesional. Esta acción fortalece los vínculos, alimenta las emociones y la motivación, además de habilidades como creatividad.
En este sentido, Sunkel expone que las relaciones sociales, tanto en espacios de camaradería u ocio con otros, se deben incentivar y mantener toda la vida.
Generar cambios
El profesional asegura que, si bien lo ideal es comenzar con hábitos saludables desde jóvenes, en la vejez se pueden generar cambios conductuales que favorezcan un mejor vivir.
Sunkel indica que las personas mayores pueden aprender cosas nuevas y fortalecer sus competencias, tienen la capacidad y/o necesidad de estar dentro del mercado laboral, pueden enamorarse y tener una vida sexual activa, pueden y deben seguir vigentes.
Esto depende de los propios recursos, posibilidades y deseos, pero también de las oportunidades que la sociedad les entrega. Para el experto, esta idea obliga a “erradicar prejuicios, estigmas y mitos en torno a la vejez para cambiar los paradigmas e imaginarios y, finalmente, contribuir a una sociedad con una vejez sana”.
El Minsal actualmente con un número telefónico *4141 de atención suicida, el cual brinda atención profesional y orientación tanto a personas con ideación suicida como a sus familiares y cercanos.