Pese a no estar reconocida en los manuales actuales, la depresión post vacaciones es un factor importante de entrada a enfermedades relacionadas con la salud mental, por lo que hay que estar atento a los síntomas cuando se retoman las actividades laborales.
La vuelta a la vida cotidiana luego de un largo descanso para muchos puede significar algo positivo, sin embargo no siempre funciona así. La aparición de sensaciones molestas, como estrés o tristeza por retomar la rutina, es algo que muchos experimentan, pero desconocen su origen y que muchas veces éste es emocional.
“Se debe entender que el síndrome de depresión post vacaciones no es una enfermedad, sino más bien un cuadro que tiene una duración determinada. Sin embargo, es recomendable la visita al médico si los síntomas sobrepasan las dos semanas”, señala la psiquiatra de la Clínica Indisa, Gloria Gramegna.
Es la presión emocional al retomar la vida cotidiana lo que gatilla en muchos pacientes el cuadro, pero al no ser una patología con durabilidad vale preguntarse ¿cuánto dura la depresión post vacacional?
“Suele durar entre una a dos semanas, pasado ese umbral de tiempo es recomendable visitar a un especialista para evitar que el malestar perdure o bien escale en una depresión como tal”, asegura la doctora Gramegna.
“La sintomatología puede variar y ser similar a un cuadro de estrés, sin embargo este tipo de cuadros se manifiestan con falta de capacidad para responder a las tareas habituales, acompañado de la incapacidad de recuperarse tras el descanso”, indica la especialista.
Síntomas
• Sensación de decaimiento.
• Estado de ánimo diferente al habitual.
• Falta de energía.
• Cuadros de ansiedad y estrés.
• Dificultad para concentrarse.
• Incapacidad para retomar actividades laborales rutinarias.
• Problemas para dormir
¿Cómo combatir este cuadro?
La recomendación principal es procurar un escenario ameno:
• No volver de las vacaciones directo al trabajo: la recomendación es dejar dos a tres días para adaptarse nuevamente a la rutina antes de incorporarse laboralmente.
• Mantenerse activo durante las vacaciones: no dejar de lado la rutina en su totalidad podría contribuir a que el regreso sea más fácil.
• Planificación de los horarios: retomar el horario de sueño y de las actividades de manera suave los días previos al término de las vacaciones.
• Higiene de sueño: cuidar y respetar las horas de sueño para evitar descompensaciones o escenarios propensos al estrés.
• Al retomar el trabajo, evitar llevarse tareas al hogar, distribuirlas de manera gradual.
• Incorporar técnicas de relajación: practicar mindfulness, meditación guiada o caminar media hora diaria en espacios públicos ayudan en el proceso de reducción del cuadro.
Atención a los síntomas
“Hay que retomar el trabajo de manera gradual y realizar actividades recreativas que contribuyan a la liberación de estrés, y también practicar deporte o técnicas de relajación”, plantea Gloria Gramegna.
Lo más importante es estar alerta a los síntomas y la temporalidad de ellos. Si bien son cuadros comunes, muchas veces pueden escalar y transformarse en patologías severas. Hacer del proceso de vuelta de vacaciones una instancia de inserción paulatina siempre dará los espacios para adaptarse de la mejor manera.