La rosácea es una enfermedad crónica común que afecta a la dermis en distintos grados, cuya sintomatología más evidente son grandes manchas rosadas o de color rojizo que pueden agravarse con la exposición solar directa.
El Dr. Luis Felipe Parada, dermatólogo de la Clínica Indisa, explica que “las causas son variables y los detonantes son variados y dependen de cada paciente, solamente un médico podrá determinar el origen, dependiendo de cada persona”.
Lo que sí es común en todos los que padecen esta enfermedad es la rojez o un eritema facial producto de la dilatación de los vasos sanguíneos, asociado o no a otras lesiones, como granos o espinillas, nódulos y engrosamiento de la piel, en especial de la frente, nariz o mentón, entre otros.
El Dr. Parada recalca que será un dermatólogo quien podrá determinar si se trata de rosácea u otra afección tópica, ya que “muchas veces, la sintomatología puede estar en combinación con otras enfermedades de la piel, tales como el acné”.
El especialista indica que los síntomas más característicos son:
• Piel enrojecida en zonas de la cara.
• Inflamación en la zona de la nariz.
• Acné o granitos.
• Protuberancias con rojez.
• Vasos sanguíneos dilatados en la zona del rostro.
• Picazón en la zona afectada.
¿Cómo evitar brotes?
La rosácea puede afectar a cualquier persona, pero es más común en mujeres de mediana edad que tienen la piel clara. No existe cura para esta enfermedad, pero el tratamiento puede controlar y reducir los signos y síntomas.
Según indica el experto, la principal recomendación es no exponerse al sol, sumado al uso de protector que cuente con factor 50+ durante todo el año. A su vez, precisa, será necesario un tratamiento en crema y/o en pastillas entregado por un dermatólogo.
Existen otros gatillantes para esta patología, como el consumo de alcohol, alimentos calientes o muy condimentados, y la aplicación de productos faciales no indicados por especialistas.
Recomendaciones
• Evitar la exposición solar directa en los horarios de mayor radiación.
• Utilizar sombreros al aire libre.
• Evitar el consumo de bebidas alcohólicas o alimentos calientes.
• Elegir horarios matutinos para hacer ejercicio.
• No usar exfoliantes ni rutinas de limpieza abrasivas.
• Evitar los baños en el mar o en piscinas, para evitar el contacto con sal o cloro.
• Aplicar tratamientos recomendados por un médico especialista.
Fuente: Clínica Indisa.