El estado de salud de la ministra de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Ana Lya Uriarte, quien volvió a presentar licencia médica por Long Covid o Covid persistente, llamó la atención en torno a este fenómeno del que aún se sabe poco científicamente, y que está asociado a síntomas como alteraciones del sueño, saturación baja, cansancio, fatiga, falta de aire, entre otros

La directora del Programa de Inmunología de la Universidad de Chile y Doctora en Ciencias Biomédicas, Mercedes López Nitsche, explica que se trata de un síndrome que da posterior a la infección por Covid-19, y que también se da con otros virus como el ébola, el dengue, la polio, el chikungunya y otros patógenos que no son virus.

“En el caso del virus SARS-CoV-2, este síndrome post infeccioso ha sido caracterizado en estos dos a tres años de pandemia que tenemos, y todavía se desconoce mucho sobre esto. Pero se piensa que se produciría una alteración en el sistema inmune producto de la infección viral, ya sea debido a la infección viral ya resuelta o porque efectivamente el virus se ha mantenido en los tejidos del individuo espacial”, plantea.

La doctora López agrega que “es una condición que es clínicamente muy diversa. Hay algunos síntomas que son más frecuentes entre los pacientes, como la fatiga, el cansancio, los dolores musculares, alteraciones en el sueño; y algunos que son menos frecuentes, como alteraciones metabólicas o alteraciones cardiovasculares”, que pueden tener un gran impacto en la calidad de vida de las y los pacientes.

Síntomas de Long Covid

La inmunóloga explica que hay cuatro puntos a tener en cuenta respecto de los síntomas.

• Tener un antecedente cercano de una infección por Covid agudo, estando vacunados o no vacunados.
• Que los síntomas permanezcan entre dos a tres meses después de terminar el Covid agudo.
• Que haya una gama de síntomas característicos como fatiga, disnea, tos persistente, dolores musculares, cansancio, alteraciones cognitivas, alteraciones del sueño, pero que también existan muchos otros que tienen que ser buscados en estos pacientes y que ninguno de estostenga una razón, que no tengan ninguna otra causa y que no vengan de antes.
• Que tengan un impacto en la vida de los pacientes.

La Dra. López agrega que hay que estar atentos a “sintomatología que no ha tenido previamente, que no puede explicar por alguna enfermedad y que le afecte la calidad de vida”.

Lo que se sabe hasta el momento del Covid persistente es que su prevalencia ha ido variando en el tiempo.

“Los primeros estudios indicaban una prevalencia muy alta, probablemente porque estaba muy asociado a las primeras olas. Algunos estudios decían que podía ser tan prevalente como un 30 o un 40% de los infectados, pero eso ha ido bajando en el tiempo y hoy día los estudios más conservadores dicen que esto no tendría una prevalencia mayor al 2%”, señala.

Sobre las implicancias de la inoculación, la doctora señala que “las vacunas han ido disminuyendo la prevalencia del Long Covid, o sea, una persona vacunada tiene menor posibilidad, pero no cero. La posibilidad existe y tenemos pacientes que, estando vacunados, están desarrollando Covid persistente todavía”.

Difícil diagnóstico

La doctora de la Universidad de Chile explica que “el virus produce, además de la infección aguda, alteraciones en el sistema inmune, ya sea porque alteró el sistema inmune o porque, de alguna manera, persiste en el organismo el virus y se traduce en este síndrome o en esta condición”.

Su complicado diagnóstico responde a que “los pacientes debutan con muchos síntomas distintos y se mantienen con distintos síntomas. Es muy difícil definirlo sintomáticamente. Y la otra cosa es que son en general síntomas que van y vienen, o sea, el paciente puede estar bien, remite un rato y después vuelve a aparecer la sintomatología. Eso es clásico del Covid persistente”.

Sobre la información de casos que se han visto en la prensa como el de la ministra Uriarte, la doctora Mercedes López indica que el Covid persistente, en general, es un cuadro de larga duración.

“A medida que pasa el tiempo -estoy hablando de meses, no de días-, los pacientes empiezan a disminuir sus síntomas y al año o a los dos años hay una pequeña fracción que continúan con síntomas. Pero estamos hablando de varios meses, entonces no es rara la información en cuanto a la necesidad de licencias prolongadas, porque los síntomas son particularmente complejos para realizar trabajos de alta exigencia”, comenta.

Fuente: Universidad de Chile.