Apnea del sueño: cómo diagnosticar y tratar esta patología potencialmente grave

La apnea del sueño es una serie de episodios repetidos de obstrucción parcial o total de la faringe que se produce mientras la persona duerme. Este trastorno, potencialmente grave, puede ser por causas anatómicas, hereditarias, deformidades u otras afecciones.

Estos sucesos ocurren cuando los músculos dilatadores de la faringe se relajan, la vía aérea se cierra y la respiración disminuye o cesa. El nivel de oxígeno de la sangre baja 4, 10, 20 o más puntos y el sueño se interrumpe.

El doctor Gabriel Abudinen, del equipo de Neurología de la Clínica Las Condes, explica que si bien, roncar es un síntoma muy frecuente en la apnea del sueño, el roncador no suele estar consciente de las pausas respiratorias repetidas que interrumpen su descanso, siendo uno de los problemas más graves de esta patología.

“Esto se debe a múltiples factores tanto centrales como periféricos que inciden en la obstrucción de la vía aérea superior, generando una asfixia transitoria posterior”, comenta el especialista.

Además, agrega que “esta condición se puede prevenir a través del buen estilo de vida desde la adolescencia, ya que uno de los factores importantes a evidenciar en la mayoría de estos pacientes es la obesidad”.

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento de esta enfermedad tiene como objetivo evitar el cierre de la faringe para normalizar la respiración, mejorar el sueño y controlar los síntomas. La terapia dependerá de la gravedad de cada paciente.

Los casos leves se corrigen combatiendo antecedentes de riesgo que favorecen la aparición de la enfermedad, como la obesidad, rinitis alérgica u otros factores obstructivos nasales, corrigiendo quirúrgicamente factores asociados como amígdalas grandes, obstrucción anatómica de la nariz, crecimiento exagerado de la lengua, alteraciones mandibulares o craneofaciales.

Para los casos de apnea moderados y severos, hay evidencia científica reconocida internacionalmente que demuestra que el tratamiento más efectivo es el CPAP nasal (Continuos Positive Airway Pressure).

“Es un sistema de presión positiva continua de la vía aérea, que se coloca sobre la nariz y/o boca permitiendo que el aire inspirado haga una cierta tensión, opuesta a la que ejerce la faringe al cerrarse. Así se abre el paso del aire y se respira normalmente. Por otro lado, existe un tratamiento no asociado a CPAP que trata de resolver aspectos anatómicos de la vía área superior”, explica el Dr. Abudinen.

Dentro de los peligros que tiene esta enfermedad existen complicaciones cardiovasculares, como, por ejemplo, mayor riesgo de infarto agudo al miocardio, accidentes cerebrovasculares, hipertensión arterial refractaria a fármacos, etcétera.

¿Cuándo consultar con un médico?

• Si el ronquido es muy fuerte.
• Si el patrón de ronquidos es interrumpido por pausas.
• Si a pesar de dormir lo suficiente, se amanece cansado.
• Si necesita de varias siestas al día.
• Si toma mucho café o bebidas cola para mantenerse despierto.
• Si tiene problemas de concentración y está muy olvidadizo o irritable.
• Si presenta movimientos exagerados de piernas y/o brazos durante el sueño.
• Si tiene síntomas sugerentes y antecedentes familiares de roncopatía o apnea.

Fuente: Clínica Las Condes.

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