A diferencia de las señales utilizadas en alimentos, los nuevos sellos se centran en resaltar los riesgos y consecuencias del consumo perjudicial de alcohol en las personas. Además impone restricciones en la publicidad de estos productos, limitando su transmisión a ciertos horarios y eventos específicos.
La académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, Dra. Carmen Gloria Betancur Moreno, explica que esta normativa es un agregado importante a la Ley de alcoholes publicada en 2021, que estuvo por más de 18 años en el Congreso Nacional.
“Se tramitó mucho para regular la venta de alcohol, regular el acceso al alcohol y la publicidad del alcohol. Me parece que esta última es una buena medida, ya que las advertencias siempre levantan alarmas en la comunidad”, señala la facultativa.
A juicio de la profesional, la toma de conciencia que muchas veces provocan estas campañas es importante, pero no sirve de mucho si no va de la mano con una campaña educacional desde temprana edad.
La Dra. Betancur plantea que lo correcto es usar el concepto “trastorno por uso de alcohol” en vez de alcoholismo, y resalta el éxito del etiquetado en las cajetillas de cigarrillos.
“Es enorme. Informando los riesgos del tabaquismo, junto con todas las medidas de restricción en espacios comunes, se redujo drásticamente el consumo de tabaco en la población adulta chilena, cuyo 40% fumaba todos los días y hoy estamos hablando del 20%”.
Depresor del sistema nervioso central
El docente del Departamento Gestión Empresarial del Campus Los Ángeles UdeC, Dr. Francisco Díaz Pincheira, comenta que la Ley de alcoholes en general, con la temática del etiquetado incluida, es un anhelo de muchos años que se vio postergado por el inmenso lobby de la industria.
“Me parece bien que se tomen este tipo de medidas, ya que está demostrado que el alcohol es la puerta de entrada a otras drogas mucho más complejas, y es positivo que se insista en alejarlo completamente del embarazo o concientizar sobre lo que puede producir en los temas de conducción irresponsable bajo sus efectos”, expresa.
El doctor en en Políticas Públicas y Bienestar Social acentúa que mientras no se aborde el tema con una mirada que involucre a la educación temprana, el ejercicio será mucho más lento en la concientización.
Otro punto que destaca el psicólogo es el engaño que produce el alcohol en el organismo al actuar como estimulante de la presencia de dopamina en el cerebro, lo que genera una sensación de felicidad que, rápidamente, se transforma en lo contrario.
“En la zona rural contigua a Los Ángeles aún son altas las cifras de consumo de alcohol gatillado por situaciones complicadas como la alta cesantía. Además, el alcohol sigue siendo visto como un tema más social, no teniendo claro que es muy peligroso su consumo permanente, tanto para la salud física como mental”, concluye.
Fuente: Universidad de Concepción.