Cada 31 de mayo se conmemora el Día Mundial sin Tabaco, instaurado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1987 para llamar la atención del planeta hacia la epidemia de tabaquismo y sus efectos letales.
Esta celebración anual informa al público acerca de los peligros que supone el consumo de tabaco, las prácticas comerciales de las empresas tabacaleras, las actividades de la OMS para luchar contra la epidemia de tabaquismo, y lo que las personas de todo el mundo pueden hacer para reivindicar su derecho a la salud y a una vida sana, y proteger a las futuras generaciones.
Las consecuencias del consumo del tabaco en nuestro organismo son conocidas. Desde bronquitis crónica y la disminución de la capacidad respiratoria, hasta cáncer pulmonar y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
El Dr. Jorge Yañez Villaseñor, especialista broncopulmonar y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UdeC), remarca que fumar lleva a “la mayor predisposición a tener enfermedades infecciosas como cuadros de neumonía y tuberculosis, por alteración de los mecanismos de defensa locales”
El médico suma a los efectos la posibilidad de “descompensar algunas enfermedades respiratorias crónicas y el desarrollo de algunas enfermedades respiratorias, como algunos tipos de fibrosis pulmonar”.
Efectos en edades tempranas
La académica del Departamento de Psiquitría UdeC, Dra, Carmen Gloria Betancur, explica que “cuando se es adolescente se está con un cerebro en pleno desarrollo, que es muy susceptible de captar todos los estímulos ambientales con una potencia mayor.
Si un niño comienza a fumar cigarrillo pronto, como en casos reportados entre los 12 y 15 años, el riesgo de que esto deje consecuencias es mayor, según detalló: “Ciertas huellas indelebles o ciertos caminos muy bien marcados para el desarrollo de una adicción son más altos que si uno empieza a consumir cuando el cerebro está más maduro”, sostuvo.
Según sus cifras, 52 personas fallecen a diario en Chile por consecuencias del tabaquismo, lo que representaría el 16% de las muertes del país.
Dentro de las causas más comunes se encuentra el EPOC, problemas cardíacos por consumo de cigarrillo y vaporizadores, accidentes cerebrovasculares y cáncer.
Fumar genera adicción, que es una enfermedad cerebral con un impacto psicosocial importante, según la Dra. Betancur.
“El desarrollo de la adicción está dado por la sobreestimulación de un área del cerebro, que libera altas dosis de dopamina. El tabaco libera bastantes pulsos de dopamina elevados cada vez que se fuma y que impactan en un área del cerebro, que es la corteza prefrontal, que tiene que ver con la capacidad de tomar decisiones y de reflexionar sobre nuestros actos en la vida”, señaló.
“Estos actos y reflexiones están finalmente determinadas por la descarga dopaminérgica, es decir, como que pierdo la capacidad de decidir. Ya no decido por mí misma, sino que es la droga que impacta de tal manera esa área del cerebro que me hace requerir ese consumo regularmente”, agregó.
El Dr. Jorge Yañez alertó que “este último año ha habido un aumento en la incidencia de cáncer broncogénico a nivel mundial, cuyo principal factor en el 90% es el tabaco. También pueden verse otro tipo de neoplasia como la de vejiga o la de pisos de la boca y lengua”.
Efectos de dejar de fumar
Si una persona deja de fumar, los síntomas asociados a su consumo comienzan a disminuir rápidamente. “Probablemente en una primera etapa va a haber un aumento de la tos porque hay una recuperación de la actividad funcional de los cilios pulmonares” explicó el Dr. Yañez.
El profesional añadió que, con el tiempo, las enfermedades respiratorias crónicas o infecciosas van sufriendo menos descompensaciones y disminuyendo su gravedad.
Para la Dra. Betancur, la recomendación es no adquirir el hábito de fumar. “El tabaco es una de las sustancias más adictivas que existen, es casi tan adictiva como la heroína, como las metanfetaminas. Prueba de ello es lo que cuesta mucho rehabilitar a alguien del tabaquismo. Se puede, pero es difícil, es de largo plazo, es costoso. Entonces, en vez de meterse en ese embrollo, mejor evitar llegar a ese tipo de sustancias y ese tipo de conductas”, remató.
Fuente: Universidad de Concepción.