Nuevos conocimientos sobre cómo funciona el sistema inmunitario en respuesta a la terapia para tratar el cáncer de piel

Una nueva investigación dirigida por la Universidad de Birmingham, en Reino Unido, sugiere que los pacientes con cáncer de piel podrían tener un mejor pronóstico si sus células T envían mensajes de cinco genes específicos en su respuesta inmunitaria a los fármacos administrados para tratar la enfermedad.

La investigación, publicada en la revista ‘Immunity’, se llevó a cabo en ratones y células en el laboratorio y utilizando datos disponibles públicamente de pacientes con melanoma avanzado antes y después del tratamiento con nivolumab.

Los linfocitos T son glóbulos blancos que protegen al organismo de los daños causados por virus, bacterias y células cancerosas, y exploran su entorno utilizando su receptor celular T (TCR) para reconocer fragmentos -llamados antígenos- de microbios o células cancerosas dañadas.

El TCR controla el comportamiento de la célula T y puede enviar mensajes al centro de mando de las células T para poner en marcha una respuesta inmunitaria. Este proceso es importante para la investigación de vacunas y el tratamiento de enfermedades autoinmunes, pero es especialmente interesante para los tratamientos contra el cáncer con el fin de mejorar la función antitumoral de las células T.

Los investigadores llevaron a cabo el estudio para comprender mejor cómo la cantidad de antígeno controla el modo en que el TCR envía mensajes al centro de mando de las células T, y cómo esto afecta al tipo de respuesta inmunitaria.

Querían explorar cómo las cantidades de antígeno controlan la expresión de los llamados «puntos de control inmunitario» que actúan como frenos de las respuestas inmunitarias. Estos frenos inmunitarios, como el llamado PD1, son el objetivo de los fármacos que pretenden aumentar la respuesta inmunitaria en la inmunoterapia del cáncer.

El autor principal, el doctor David Bending, del Instituto de Inmunología e Inmunoterapia de la Universidad de Birmingham, explicó que «a través de la investigación descubrimos que la cantidad de antígeno determinaba cuántos puntos de control o frenos inmunológicos tenía una célula T en su superficie celular».

«Cuando expusimos las células T a las cantidades más elevadas de antígeno, dejaron de enviar señales a su centro de mando, porque habían aumentado el número de frenos inmunitarios, que apagaban los mensajeros. Esto hizo que estas células T fueran incapaces de responder a los antígenos durante un tiempo», comentó.

Al bloquear uno de los frenos inmunitarios, llamado PD1, los investigadores pudieron volver a despertar algunas de estas células «insensibles». Descubrieron que estas células T reactivadas no sólo empezaron a enviar mensajes a sus centros de mando, sino que los mensajes que enviaban eran más fuertes y claros.

«La respuesta del centro de mando fue que las células T empezaron a aumentar el número de mensajes de cinco genes específicos”, señaló Bending afirmando que  “al buscar los mensajes de estos cinco genes, pudimos demostrar que estos mensajes más fuertes y ruidosos aumentaban en los pacientes con melanoma que sobrevivían más tiempo con fármacos que bloquean el freno inmunológico PD1″.

“Creemos que esto significa que aquellos pacientes con cáncer cuyas células inmunitarias pueden enviar mensajes de estos cinco genes en respuesta a los fármacos dirigidos a la PD1, es mucho más probable que tengan un buen resultado», comentó.

Los investigadores plantearon que su hallazgo demuestra que el sistema inmunitario probablemente requiere un nivel óptimo de estimulación para organizar la respuesta inmunitaria más eficaz en los pacientes con cáncer de piel.

«Nuestra investigación nos ofrece una visión interesante del funcionamiento fundamental del sistema inmunitario Sugiere que tanto la cantidad de antígeno que rodea a una célula T como el número de frenos inmunitarios que las células T tienen en su superficie son muy importantes para controlar las respuestas inmunitarias. Además, hemos demostrado que podemos alterar el equilibrio de la respuesta inmunitaria deteniendo algunos de estos frenos inmunitarios, lo que da lugar a una respuesta más fuerte de las células T», concluyó Bending.

El estudio ha generado una nueva lectura potencial para monitorizar a los pacientes con fármacos dirigidos a PD1 en el cáncer. También puede ser útil para explorar el potencial de las combinaciones de fármacos dirigidos a múltiples puntos de control inmunitario para intentar volver a despertar las células T en los pacientes con cáncer.

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