El tratamiento con linfocitos T con receptor quimérico para el antígeno (CAR-T, por sus siglas en inglés) es una nueva terapia en que al paciente se le extraen las células T y se modifican genéticamente para que produzcan receptores quiméricos para el antígeno, que se reintroducen en el torrente sanguíneo del paciente, donde se dirigen a las células cancerosas y las destruyen.
Se trata de una de las áreas más prometedoras en el tratamiento contra el cáncer, según expertos internacionales.
Para conocer más sobre este tratamiento, el Dr. Daniel Ernst, hematólogo de la Clínica Alemana, conversó con Cienciaysalud.cl sobre su estado actual en el mundo, qué avances presenta en Chile y qué representa para el futuro de la lucha contra ciertos tipos de cáncer.
“Es una forma de terapia génica o genética donde al paciente, a través de un procedimiento de leucoaféresis, se le extraen sus células, sus glóbulos blancos desde la sangre en un procedimiento mínimamente invasivo. Estas células se envasan y se llevan a un laboratorio donde, en un proceso de cultivo celular, se manipulan genéticamente a través de un vector usualmente viral que trae la secuencia genética diseñada para expresar una proteína que llamamos CAR, que una vez expresada en los linfocitos T, es capaz de reconocer al tumor y matarlo”, explicó el especialista.
Se trata de una terapia autóloga con manipulación genética donde, a través de esta secuencia, se entrena al propio sistema inmune de los pacientes a reconocer y eliminar al tumor deseado, y actualmente en el mundo está aprobada para tres patologías:
• Leucemia linfoblástica aguda B, tanto en niños como en adultos
• Linfoma no Hodgkin de células B
• Mieloma múltiple
Escaso desarrollo en Chile
El Dr. Ernst detalló que en Chile esta técnica “se encuentra en un nivel experimental a través de laboratorios de ciencia básica, y del punto de vista de indicación médica en las clínicas no hay ninguna que tenga todavía la capacidad de aportar un CAR-T a un paciente”.
Actualmente existe investigación básica en la Universidad de Los Andes con un proyecto llamado Impact, desarrollado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) del Ministerio de Ciencia, que tiene un alcance de 10 años y busca avanzar en este tipo de terapias.
Sin embargo, ninguno de los tres laboratorios que a nivel mundial tienen la aprobación para registrar estos productos los está trabajando en Chile ni en Latinoamérica, con excepción de Brasil.
El principal motivo del escaso desarrollo de esta terapia, presente en Estados Unidos y algunos países de Europa, es su alto costo, que puede oscilar entre los 250 mil y los 400 mil dólares por la generación y la infusión del CAR.
Desarrollo futuro
Pese a ello, el hematólogo de la Clínica Alemana destacó que se trata de una técnica con tan buenos augurios en cuanto a sus resultados, que el panorama debería cambiar en cuanto a su desarrollo y avances.
“De aquí a cinco años el uso de la terapia CAR-T debiera ser un estándar a nivel mundial. Existe una presión enorme para que los países vayan generando capacidades de producción local de CAR T, como también acceso a estos CAR T comerciales, porque el impacto clínico que tienen es que ofrecen es resultados curativos en muchos casos, lo que ninguna otra terapia pudiera generar”, resaltó.
A juicio del especialista, los potenciales resultados “obligan éticamente a los sistemas de salud a avanzar en el acceso a este tipo de terapias”.
“Y de aquí a 10 años probablemente al menos el 50% o dos de cada tres pacientes con cáncer pudiera tener un tratamiento con CAR T Cell y no solamente las tres indicaciones ya aprobadas. Las próximas en generar aprobaciones van a ser tumores del sistema nervioso central en niños y en adultos, el melanoma maligno y cáncer de células renales, entre otras”, vaticinó.