Revistas científicas de salud se unen en editorial para exigir a las autoridades mundiales enfrentar el cambio climático

“La mayor amenaza para la salud pública mundial es que los líderes mundiales sigan fracasando”, resaltan 200 revistas científicas de salud respecto a la preocupación mundial por mitigar los daños a la biodiversidad a la salud mundial producidas por el cambio climático.

En septiembre del 2021, la Asamblea General de las Naciones Unidas reunirá a los países en un momento crucial para organizar la acción colectiva con el propósito de hacer frente a la crisis medioambiental mundial. La cita reunirá a líderes mundiales en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, en Kunming (China) y en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CP26), en Glasgow (Escocia).

A raíz de este encuentro y de la preocupación por el cambio climático que afecta al mundo y que significa un problema para la salud pública mundial, cerca de 200 revistas científicas de salud se unieron en una editorial para exigir medidas urgentes para “mantener los aumentos promedio de la temperatura a nivel mundial por debajo de 1,5 °C, detener la destrucción de la naturaleza y proteger la salud”.

“La salud ya se está deteriorando debido a los aumentos de temperatura a nivel mundial y a la destrucción del mundo natural, una situación que los profesionales de la salud han venido mencionando desde hace varios decenios”, advierten en el texto. Además, resaltan la preocupación que existe por parte de los científicos respecto al riesgo que significa el aumento de temperatura en un 1,5° C y la pérdida de biodiversidad bilógica.

“Los riesgos para la salud de los aumentos de la temperatura superiores a 1,5 °C ya son bien conocidos. En efecto, ningún aumento de la temperatura es “seguro”. En los últimos 20 años, la mortalidad de personas de más de 65 años por causa del calor ha subido en más de 50%. Las temperaturas más altas han dado lugar al aumento de la deshidratación y a la insuficiencia renal, a neoplasias de la piel, a infecciones tropicales, a resultados adversos de salud mental, a complicaciones del embarazo, a alergias, así como a morbilidad y mortalidad por problemas cardiovasculares y pulmonares”, describen los expertos, alertando además que quienes se ven mayormente afectados son las personas más vulnerables y comunidades más pobres.

Los autores ponen en relevancia la necesidad de un compromiso mundial para frenar los estragos del cambio climático. “Las consecuencias de la crisis ambiental recaen de manera desproporcionada en los países y las comunidades cuya contribución al problema ha sido mínima y cuya capacidad para mitigar los daños es mucho menor. Sin embargo, ningún país, por muy rico que sea, podrá estar a salvo de estas repercusiones”, apuntan.

Respecto al plan mundial para combatir el cambio climático, la editorial es crítica respecto a las metas que las naciones se han fijado, alertando que “las metas son fáciles de fijar y difíciles de lograr”. Desde esta perspectiva, llaman con urgencia a tomar conciencia respecto a este tema y adoptar medidas serias y que estas sean acatadas por todos los líderes mundiales. “Todavía tienen que armonizarse con planes creíbles de corto y más largo plazo para acelerar el uso de tecnologías menos contaminantes y transformar la sociedad”.

En la misma línea, llaman a la solidaridad y trabajo en conjunto. “Los países que han contribuido de manera desproporcionada a la crisis medioambiental deben trabajar más a fin de apoyar a los países de ingresos bajos y medianos en la creación de sociedades más limpias, más sanas y más resilientes”, apuntan.

“La mayor amenaza para la salud pública mundial es que los líderes mundiales sigan fracasando en los esfuerzos por mantener el aumento de la temperatura a nivel mundial por debajo de 1,5 °C y por restaurar la naturaleza. Deberán hacerse cambios urgentes que abarquen a toda la sociedad, ya que ellos conducirán a un mundo más justo y con mejor salud”, finalizan.

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