Estudio revela que temperaturas extremas agravaron los problemas de salud en ciudades

Médicos e investigadores han advertido en el último tiempo sobre las consecuencias que tiene el cambio climático en la salud de la población. Los climas extremos tienden a agravar las condiciones de salud de las personas, en especial a aquellas que viven en grandes ciudades.

Un estudio liderado por la Universidad de Columbia, Estados Unidos, precisó que las personas que en las ciudades las temperaturas son en general más altas que en el campo, debido a la falta de vegetación, a la proliferación de cemento, asfalto y otras superficies impermeables que concentran el calor en lo que denominan “efecto térmico de isla”.

“Esto tiene efectos importantes: Aumenta la morbilidad y la mortalidad e impacta en el rendimiento de las personas en el trabajo y, por ende, reduce el aporte económico”, dice el principal autor del estudio, Cascade Tuholske, investigador del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia. Además, advierte que se “agravar las enfermedades crónicas”.

Principales resultados

Los resultados, publicados en Actas de la Academia Nacional de Ciencias, sugieren que en África y el Sureste asiático, donde se concentran las mayores megalópolis, la exposición a temperaturas extremas “puede limitar los beneficios económicos de la urbanización”.

Pese a que los termómetros se han desbocado en los últimos años, llegando a alcanzar temperaturas que rondan o incluso superan los 50º C en algunos lugares, los autores han fijado en 30ºC la denominada Wet Bulb Globe Temperature (WBGT) una medida que tiene en cuenta la temperatura, la humedad, el viento y la radiación solar y a partir de la cual el ser humano empieza a tener problemas. “Un índice en el que incluso las personas con mejor salud encuentran difícil funcionar en el exterior por mucho tiempo, y los que tienen mala salud pueden empeorar o incluso morir”, asegura el informe.

En 2016, 1.700 millones de personas vivían expuestas al calor intenso durante muchos días, el triple que, en 1983, según las condiciones analizadas en más de 13.000 ciudades en todo el mundo entre 1983 y 2016. Las ciudades más afectadas son la que se encuentran en latitudes bajas, pero el cambio ha empezado a afectar a otras zonas.

Dacca, la capital de Bangladés, es la más afectada por la combinación de calor extremo y población. En menos de 38 años ha pasado de tener 4 millones a 22 millones de habitantes. Otras ciudades, la mayoría en Asia, siguen la misma suerte. Destacan las chinas Shanghái y Guangzhou; Rangún, la ciudad más grande de Birmania; Bangkok, Dubái, Hanói, Jartum (África), y varias ciudades en Pakistán, India y la Península Arábiga.

En Latinoamérica, México se encuentra en el puesto 13 por el aumento anual de la exposición de población urbana a temperaturas extremas. Sin embargo, por ciudades, la venezolana Maracaibo, en 41ª posición, es la única que se encuentra en el top 50 de las urbes con peores índices de calor-población. “No quiere decir que otras ciudades en la región no hayan experimentado importantes aumentos de exposición: lo han hecho y está claro”, dice Tuholske a la AFP.

Según los investigadores, en torno al 17% de las ciudades estudiadas han aumentado en un mes entero los días que sufren altas temperaturas en los 33 años estudiados. “Existe un modelo de lugares donde queríamos estar”, asegura Tuholske antes de advertir que “ahora, esas zonas quizá se hagan inhabitables”.

El estudio no incluye las olas de calor que azotaron el pasado verano varios puntos del planeta, y que mataron a cientos de personas. Aunque no es el primer estudio que advierte del excesivo calor en la ciudad, este ofrece una foto de las personas afectadas en cada localidad y del grado de exposición. Según los autores, esta información podría ayudar a las autoridades a proponer estrategias más enfocadas para ayudar a los ciudadanos.

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