El confinamiento producto de la pandemia por Covid-19 ha dejado múltiples problemas asociados a la salud en general. Distintos especialistas han advertido que esta situación ha implicado que el sistema de salud deberá enfrentar un aumento en el diagnóstico y agravamiento de enfermedades sistémicas.
Esto se debe principalmente a que el encierro perjudicó la realización de actividades física simples como la movilización al trabajo o lugar de estudio. Una investigación realizada por la Red Iberoamérica Pleokinetic, comparó la salud física y mental de los habitantes en Chile, España y México durante el confinamiento por Covid-19. Los resultados sobre nuestro país son preocupantes.
Sedentarismo y calidad de vida
La calidad de vida fue uno de los aspectos más golpeados. El estudio, publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health, evidencia que Chile sobresale con el mayor porcentaje de personas que pasan más horas por día sedentarios, siendo además los que menos actividad física realizan por semana.
El incremento del tiempo sedentario, lo que incluye actividades que involucran muy poco o ningún movimiento, pasó de 4 a 5 horas previo a la pandemia, a entre 8 a 9 horas al día, lo que es muy dañino para la salud.
A lo anterior se añade que el consumo de agua es el más bajo al medirse con España y México. Un 25% de la población consultada en Chile toma menos de dos vasos de agua por día. Una cifra lejana a la recomendación de cuatro o más vasos diarios, lo que aumenta el riesgo de deshidratación que puede derivar en debilidad, presión arterial baja, mareos, confusión u orina de color oscuro.
El académico de la Universidad de La Frontera, Dr. Prof. Pedro Delgado Floody, a cargo del análisis en Chile, resalta la precaria situación en que se encuentra la población nacional si de salud se trata. “Hoy en día nosotros estamos muy mal en relación con la actividad física, solo una de cada 10 personas en el país cumple las recomendaciones, lo que se ha exacerbado con la pandemia”, aclara.
Lo preocupante de esta situación es que el sedentarismo, junto con la alimentación e hidratación, son factores de riesgo para desarrollar enfermedades metabólicas desde resistencia a la insulina, diabetes e hipertensión. “Son personas que lógicamente en poco tiempo empiezan a desarrollar factores de riesgos cardiovasculares y además incrementan la carga por enfermedades crónicas”, sostiene el académico.
En el estudio, que consideró a 742 encuestas en línea y que evalúo datos sociodemográficos, presencia de comorbilidades, hábitos alimentarios y patrones de actividad física, indica que, en Chile al comparar con España y México, se presenta una asociación negativa del sedentarismo con la calidad de vida.
De esta forma, el encierro se transformó en estos últimos casi dos años en el detonante principal del sedentarismo y, con ello, del empeoramiento de la calidad de vida y de la salud mental. “El problema que ocurre y que vislumbramos es cómo esto repercutirá a largo plazo, porque el musculo esquelético se coordina con otros órganos para regular temas energéticos y esto afectará no solo ahora sino a futuro”, plantea Delgado, al igual que han advertido otros especialistas.
Repercusiones en la salud mental
Uno de los puntos que plantea el estudio es que el sedentarismo también afecta a la salud mental. El académico de la UFRO sostiene que “eso es de riesgo porque muchos factores de bienestar se generan cuando hay actividad física, este estudio demuestra que afecta aspectos de la salud mental y de bienestar de las personas”.
Los períodos prolongados de encierro pueden generar miedo, desánimo y angustia. Además, la investigación consta que los malos hábitos alimenticios, las limitaciones de actividad física, la presencia de comorbilidad –enfermedades- en la población y el tabaquismo fueron parámetros relacionados negativamente con la calidad de vida en dimensiones física y mental.
Al realizar un análisis por sexo, un estilo de vida negativo (malos hábitos alimenticios, limitaciones de actividad física y sedentarismo) se relacionó con una salud física y mental negativa. En general, dice el estudio, en Chile y México, el sexo femenino tiene una asociación con la salud física y la salud mental, mientras que, en la población española, la mala salud física y mental se asoció principalmente con la presencia de comorbilidad y ser fumador.
Respecto a estos resultados, los investigadores plantean que puede estar relacionado con el aumento de la carga de trabajo producto del trabajo escolar de sus hijos mientras mantienen un hogar y cuidan a su familia, sumado a la modalidad de teletrabajo.
“Las mujeres tienen también menos tiempo y más barreras sociales para desarrollar o cumplir con las recomendaciones en salud, entonces ese es otro factor, porque la actividad física se asocia a una mejor calidad de vida, una mejor salud física, mental, entre otros aspectos”, destaca Delgado.
Cambios de hábito
Para evitar enfermedades y una mala salud física y mental es necesario un cambio de hábitos. Sin embargo, pese a que en Chile estamos con más libertades para salir del encierro manteniendo las medidas de protección, de igual forma la incertidumbre de cómo se va desarrollando la pandemia genera un futuro incierto.
Aun así, el académico hace un llamado a que las personas busquen incentivos para generar un cambio de hábito efectivo que perdure en el tiempo. Es más, Delgado destaca que esto “debería ser parte de las políticas de Estado que considere el diseño y aplicación de estrategias que mitiguen los posibles efectos negativos sobre la salud física y mental asociados con el confinamiento”.
“Generalmente tenemos excusas para no realizar actividad física producto la falta de tiempo, pero la actividad física tiene que ser una prioridad en el desarrollo, debería ser lo primero que se hace en el día porque permite cumplir las distintas labores, pero no ocurre así”, enfatiza.
El estudio presenta los primeros antecedentes de un daño que recién se vislumbra. “La verdad que tanto tiempo encerrado es muy dañino. Vienen muchas patologías asociadas ahora, y no solo a nivel físico, también relacionadas con la salud mental, lo que va a ser complejo sobre todo acá en Chile”, concluye Delgado.